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La disfunción visual inducida por el ejercicio temprano después de la conmoción cerebral relacionada con el deporte se asocia con síntomas postconmocionales persistentes
Puntos clave
- Los adolescentes diagnosticados de disfunción visual inducida por el ejercicio tienen un riesgo tres veces mayor de sufrir síntomas postconmocionales persistentes.
ANTECEDENTES Y OBJETIVO
Las conmociones cerebrales suelen alterar el sistema visual. Los adolescentes a menudo padecen síntomas clínicos persistentes relacionados con la visión después de las conmociones cerebrales, como visión borrosa, diplopía, dificultades para leer, sensibilidad a la luz, cefaleas desencadenadas visualmente y dificultades para seguir objetos en movimiento rápido (1). Se calcula que el 15% de los casos de traumatismo craneoencefálico (TBI) leve dan lugar a un síndrome posconmocional (PCS), y una minoría requiere una evaluación y un tratamiento adicionales debido a la persistencia de los síntomas (2,3).
El objetivo de este estudio fue evaluar el riesgo de síntomas posconmocionales prolongados en adolescentes con disfunción visual inducida por el ejercicio en los 10 días posteriores a la lesión y explorar posibles correlaciones con hallazgos anormales en la exploración oculomotora.
Comprender la asociación entre la disfunción visual inducida por el ejercicio y el retraso en la recuperación puede orientar a los fisioterapeutas a la hora de adaptar los programas de rehabilitación para adolescentes con conmoción cerebral.
MÉTODOS
- Los participantes se inscribieron entre julio de 2018 y abril de 2020 de tres clínicas de medicina deportiva afiliadas a la universidad poco después de experimentar una lesión conmocionante en la cabeza (normalmente dentro de una ventana de 10 días).