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Analgesia opiácea para la lumbalgia aguda y la cervicalgia (ensayo OPAL): ensayo aleatorizado controlado con placebo
Puntos clave
- Los opioides más la atención recomendada por las guías para el dolor lumbar agudo y el dolor de cuello no fueron más efectivos para el dolor a las seis semanas que el placebo más la atención recomendada por las guías.
- El grupo de placebo tuvo un poco menos de dolor a los 12 meses, y el grupo de opiáceos tuvo un riesgo ligeramente mayor de uso indebido.
ANTECEDENTES Y OBJETIVO
Los analgésicos opiáceos son un tratamiento habitual para la lumbalgia aguda y la cervicalgia, pero la evidencia sobre su eficacia es limitada. Las directrices clínicas recomiendan los analgésicos opiáceos para las personas con lumbalgia o cervicalgia agudas sólo cuando otros tratamientos farmacológicos están contraindicados o no han funcionado. A pesar de estas directrices, hasta dos tercios de las personas en Australia reciben un opiáceo como tratamiento de primera línea cuando acuden a consulta con lumbalgia y cervicalgia. Sin embargo, los opiáceos para el dolor lumbar y cervical agudo no están respaldados por evidencias directas y sólidas.
Este ensayo controlado aleatorizado examinó la eficacia y la seguridad de un ciclo corto de un analgésico opiáceo para el dolor lumbar agudo y el dolor de cuello.
Los clínicos deben advertir a los pacientes con lumbalgia y cervicalgia agudas que no se deben utilizar opiáceos como tratamiento.
MÉTODOS
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El estudio reclutó a 347 pacientes con menos de 12 semanas de lumbalgia y/o cervicalgia.
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Los participantes fueron asignados aleatoriamente a seis semanas de atención en uno de dos grupos: (1) atención recomendada por las directrices más un opiáceo (oxicodona-naloxona, hasta 20 mg de oxicodona al día por vía oral) o (2) atención recomendada por las directrices y un placebo.
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El resultado primario fue la intensidad del dolor a las 6 semanas, medida en una escala de 10 puntos. Hubo numerosos resultados secundarios, como la función, la salud mental, el consumo de atención sanitaria, el tiempo perdido en el trabajo, el riesgo de abuso y los síntomas relacionados con los efectos secundarios de los opiáceos, como las náuseas o el estreñimiento.
RESULTADOS
- De los 347 pacientes del estudio, 58 abandonaron antes de las seis semanas, 33 del grupo de opiáceos y 25 del grupo placebo.
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A las seis semanas, no hubo diferencias significativas en la intensidad del dolor entre los grupos de opiáceos y placebo (véase la Figura 1).
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En cuanto a los resultados secundarios, no hubo diferencias o éstas fueron pequeñas y favorecieron al grupo placebo. Por ejemplo, el grupo placebo tuvo ligeramente menos dolor a las 52 semanas, y la toma de opiáceos tuvo un riesgo ligeramente mayor de abuso.
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Los autores concluyeron que los opiáceos no deben recomendarse para el dolor lumbar agudo ni para el dolor de cuello.
LIMITACIONES
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Aproximadamente el 25% de los datos faltaban a las seis semanas, lo que redujo la potencia del ensayo y podría haber introducido un sesgo si los datos no faltaban al azar.
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Sólo el 58% de los participantes informaron de su cumplimiento del régimen de medicación. Sin embargo, esta cifra no difirió entre los grupos, lo que probablemente refleja la práctica en el mundo real.
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El estudio no recopiló datos sobre qué cuidados recomendados por las directrices se ofrecieron a los participantes de ambos grupos.
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El estudio incluyó una forma específica de medicación opiácea, y los resultados pueden no generalizarse a otros medicamentos opiáceos.
IMPLICACIONES CLÍNICAS
La lumbalgia y el dolor cervical son dos de los problemas médicos más costosos del mundo en términos de discapacidad, gasto médico y carga económica global (1,2).
Los analgésicos opiáceos pueden reducir el dolor, pero también presentan riesgos de abuso y adicción (3). Además, numerosos grupos, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Asistencial del Reino Unido, han pedido que se reduzca el uso de opioides (4).
A pesar de estas recomendaciones, el uso de opiáceos como tratamiento de la lumbalgia y la cervicalgia sigue siendo extremadamente frecuente.
Este estudio descubrió que este opiáceo más la atención recomendada por las directrices no proporcionaba ningún beneficio en comparación con el placebo más la atención recomendada por las directrices, y en varios aspectos funcionaba peor.
Los clínicos deben aconsejar a los pacientes con lumbalgia y cervicalgia agudas que no utilicen opiáceos como tratamiento. Los clínicos deben aconsejar tratamientos no farmacológicos, como la realización de actividades físicas tolerables, el aprendizaje de estrategias de autocontrol y la terapia psicológica, al tiempo que tranquilizan al paciente respecto al pronóstico del dolor. Los analgésicos de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroideos, pueden ser útiles si es necesario y no hay contraindicaciones.
+Referencia del Estudio
REFERENCIAS DE APOYO
- Vos T, Lim SS, Abbafati C, et al. Global burden of 369 diseases and injuries in 204 countries and territories, 1990–2019: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2019. Lancet 2020; 396: 1204–22.
- Wu A, March L, Zheng X, et al. Global low back pain prevalence and years lived with disability from 1990 to 2017: estimates from the Global Burden of Disease Study 2017. Ann Transl Med 2020; 8: 299.
- Chiarotto A, Koes BW. Nonspecific low back pain. N Engl J Med 2022; 386: 1732–40.
- Humphreys K, Shover CL, Andrews CM, et al. Responding to the opioid crisis in North America and beyond: recommendations of the Stanford–Lancet Commission. Lancet 2022; 399: 555–604.