A continuación, la talentosa investigadora, fisioterapeuta y autora de Physio Network, Dr. Mary O’Keeffe, comparte su blog y su excelente experiencia sobre el dolor lumbar. ¡Disfruta la lectura!
Tanto el dolor de espalda mal interpretado como mal manejado son una gran fuente de sufrimiento para muchas personas en todo el mundo. En esta entrada encontrarás el conocimiento actualizado sobre este problema y algunos consejos sobre los pasos que las personas pueden dar para ayudarse a sí mismos. El dolor lumbar es frecuente y recurrente, pero rara vez es grave.
NO TENGAS MIEDO SI TIENES DOLOR DE ESPALDA, INCLUSO SI OCURRE EN VARIAS OCASIONES.
Casi todos los seres humanos experimentamos dolor lumbar en algún momento de nuestras vidas, y deberíamos comprender que forma parte de la vida cotidiana, como cansarse, sentirse triste o tener un resfriado.
Si bien algunos episodios de dolor lumbar pueden ser graves y aterradores, la mayoría de las personas se recuperan del episodio de forma razonablemente rápida y, a menudo, sin la necesidad de ver a un profesional de la salud para recibir un tratamiento.
Similar a las condiciones de salud como la migraña, el asma y la depresión, el dolor lumbar puede tener un patrón recurrente en el que aparece y desaparece. En pocas palabras, si una persona sufrió un episodio de dolor lumbar en el pasado, probablemente experimentará dolor lumbar nuevamente en el futuro.
Esta naturaleza recurrente de la lumbalgia no debe ser motivo de desesperación, ya que sufrir dolor de vez en cuando no significa que una persona sufra una discapacidad importante. Como casi todo el mundo tiene dolor de espalda baja en algún momento de su vida, no debe interpretarse como algo raro o grave. Entender y comprender los factores desencadenantes del dolor lumbar y lo que una persona debe y no debe hacer es más útil que tratar el dolor lumbar.
NO VAYAS CORRIENDO EN BUSCA DE UN TRATAMIENTO
En ocasiones el dolor lumbar puede ser intenso y hacer que la gente se angustie y se preocupe por una posible lesión de mayor gravedad, los pacientes que se encuentran en esta situación buscarán la ayuda de profesionales de la salud. Sin embargo, y siempre basado en los resultados de estudios científicos, cada vez queda más claro que la mayoría de los tratamientos ofrecidos no son tan efectivos como pensábamos. Además, la decisión de buscar tratamiento puede, cuando el dolor no se resuelve rápidamente, hacer que las personas con dolor lumbar sean derivadas a una amplia gama de pruebas y tratamientos de alto coste, ineficaces y, en ocasiones, dañinos.
Por ejemplo, una gran mayoría de pacientes piensan que una radiografía o una IRM identificará la causa de su dolor lumbar y conducirá a un mejor plan de tratamiento. Sin embargo, la evidencia sólida muestra que las enfermedades graves se encuentran en aproximadamente el uno por ciento de las personas con dolor lumbar y un examen es solo esencial si hay grandes sospechas de que el paciente pertenece a este pequeño grupo. Desgraciadamente, el uso de aparatos radiológicos puede llevarnos a resultados confusos e inconcluyentes, cuándo se realizan con demasiada frecuencia.
De manera similar, los denominados “analgésicos” no son muy efectivos para tratar el dolor lumbar y, a menudo, tienen efectos secundarios significativos. El paracetamol, los antiinflamatorios e incluso los medicamentos opioides no son mejores que un placebo, existen numerosos estudios que respaldan esta incómoda verdad. Lo que es más importante, los analgésicos no deben usarse como tratamiento independiente ni como una solución a largo plazo.
El tratamiento invasivo, como la cirugía, rara vez es una opción para el dolor lumbar. Casi todas las directrices internacionales recomiendan que se evite su toma durante un período de tiempo considerable para permitir a nuestro cuerpo la posibilidad de una recuperación natural, o la recuperación mediante enfoques no quirúrgicos, como el ejercicio. Desafortunadamente, muchos pacientes son enviados al quirófano demasiado rápido, lo que implica un mayor coste y un mayor riesgo.
NO TE DEJES INTIMIDAR POR LA OPINION DE TERCERNOS NI POR LA JERGA MÉDICA
La investigación ha demostrado claramente que los discos, los huesos y las articulaciones de la espalda no quedan “fuera de lugar” o “descolocados”. El término “vertebra descolocada” no solo es impreciso, sino probablemente dañino, ya que sugiere que la columna vertebral es tan vulnerable que las cosas se pueden desplazar fácilmente. Las manipulaciones vertebrales y los crujidos están más relacionados con restricciones de movimiento y adherencias que con la posibilidad de recolocar tus huesos.
NO TE PREOCUPES SOBRE TODO LO QUE VES Y LEES EN LOS INFORMES RADIOÓGICOS
Cuando pases una resonancia magnética de tu columna, el informe siempre mostrará hallazgos patológicos, pero gran parte de estos hallazgos están poco relacionados con el dolor. La investigación ha demostrado que las personas que no tienen dolor lumbar tienen protrusiones, degeneración de los discos y articulaciones facetarias e incluso hernias de disco. Estas cosas son partes normales del proceso de envejecimiento, como las canas o las arrugas. Lo más inquietante no es el resultado radiológico en sí, sino todo lo que viene después. Preocupaciones extra para el paciente que queda distraído de lo más esencial, el ejercicio terapéutico.
QUE NO TE ENGAÑEN CON LAS SOLUCIONES RÁPIDAS
Las soluciones rápidas promovidas en los medios de comunicación parecen una vía útil para el dolor lumbar. Siempre hay una nueva pastilla, un nuevo dispositivo, una crema, o una tabla de inversión que promete ser la próxima cura para el dolor lumbar. El problema es el enfoque, todos estos tratamientos le dicen al paciente con dolor lumbar que no debe hacer ningún esfuerzo por ayudarse a sí mismos y admitir que necesitan a alguien más que les solucione el dolor. Es muy probable que tu dolor mejore tras una sesión con un profesional de la salud, sin embargo, las soluciones cortoplacistas no deberían dejar de lado globalidad del problema, la solución reside en ti, y eres tu quien tiene que tomar las riendas de tu salud para que el dolor lumbar aparezca con menor frecuencia.
PERMANECE ACTIVO Y EVITA EL REPOSO EN CAMA SIEMPRE QUE PUEDAS
El reposo en cama y el descanso prolongado antes eran tratamientos muy populares para el dolor lumbar. Sin embargo, ahora sabemos que las personas con dolor lumbar que permanecen activas, incluso cuando tienen dolor, mejoran en largo plazo. De hecho, parece que cuanto más tiempo permanece una persona en la cama debido al dolor lumbar, peor es su dolor, discapacidad y capacidad de volver a trabajar.
Para el dolor lumbar de inicio reciente, es importante tratar de encontrar el equilibrio entre movimiento y reposo. Es similar a un futbolista que se ha torcido el tobillo: evitar los movimientos de riesgo y reducir el entrenamiento durante unos días ayuda, y nos garantiza que el tobillo no descanse excesivamente, ya que se volvería rápidamente más rígido y débil. La actividad habitual en el fútbol se reanudará gradualmente durante días y semanas.
Se debe tomar un enfoque similar con el dolor lumbar. Durante los primeros días de dolor, es común que el movimiento normal o la postura de la espalda estén alterados Significativamente. Esto forma parte normal de la experiencia del dolor de espalda, y no debería frenarte en tus actividades cotidianas. Es importante que las personas no esperen a que el dolor desaparezca antes de que decidan moverse.
RETOMA TUS ACTIVIDADES HABITUALES
Es común que las personas con dolor lumbar tengan cuidado al regresar a su rutina habitual. Sin embargo, hay pruebas muy sólidas de que mantenerse activo y retomar la rutina y pasatiempos es esencial para una buena recuperación. Los pacientes generalmente se preocupan por las actividades que implican impacto, flexión, levantamiento de peso y torsión. Es cierto que realizar trabajos manuales en una postura incómoda o manipulan cargas pesadas y objetos no cercanos al cuerpo aumentan el riesgo de un episodio de lumbalgia. Sin embargo, este hecho no significa que el levantamiento de peso, o las torsiones de espalda sean peligrosas en sí mismas, ni que sean actividades que debas evitar completamente.
Toma el ejemplo de un nuevo corredor. Las personas que se inician en el running corren un mayor riesgo de sufrir lesiones si comienzan a correr tres o más veces a la semana. Este mayor riesgo no significa que estas personas no puedan correr o que la actividad sea nociva para ellos. Tal vez solo necesiten cambiar algunos parámetros como: la intensidad del esfuerzo, o la técnica de ejecución.
Es útil pensar en el dolor de espalda y el levantamiento de peso de una manera similar. En general, las personas deben tratar de utilizar su espalda de manera sensata y desarrollar tolerancia a ciertas actividades como flexión y levantamiento a través de la práctica con diferentes cargas y pesos. Los pacientes no deben tratar su espalda como si fuera de algodón. La parte posterior, de nuestro cuerpo, está diseñada para el movimiento y se adaptará a diferentes actividades y cargas con la práctica.
EL EJERCICIO AYUDA A REDUCIR EL DOLOR Y A PREVENIR FUTUROS EPISODIOS
El ejercicio es la mejor herramienta contra el dolor de espalda baja, y el mejor ejercicio es aquel que te guste y que puedas hacer regularmente. Por ejemplo, caminar, correr, andar en bicicleta, nadar o practicar pilates tienen efectos similares para el dolor lumbar y son igualmente seguros para que los pacientes elijan el ejercicio que más les guste.
Desafortunadamente, muchos pacientes reciben información errónea sobre los ejercicios que deben hacer. Las actividades consideradas malas como correr en la carretera y nadar al estilo braza no se han relacionado realmente con el dolor lumbar. Todas estas actividades pueden ser dolorosas inicialmente, pero hacen que su espalda sea más saludable y más fuerte.
El ejercicio es el único enfoque actual que puede prevenir la recurrencia del dolor lumbar. Reduce prácticamente a la mitad el riesgo de recurrencia. Mientras más tiempo haga el paciente ejercicio, mejores resultados obtendrá.
NO PIDAS LA BAJA EN EL TRABAJO, O REGRESA A TRABAJAR LO MÁS PRONTO POSIBLE
Muchas personas piensan que el trabajo es lo último que deben retomar tras sufrir dolor de espalda, y sienten que necesitan permanecer fuera del mismo para descansar. Es una mala elección tomarse demasiado tiempo antes de retomar tu trabajo porque por lo general, este detalle puede retrasar tu recuperación.
Piensa nuevamente en el futbolista con el tobillo torcido del que hablamos anteriormente. El futbolista modificará o reducirá el entrenamiento por unos días y gradualmente aumentará el entrenamiento cuando empiece a sentirse mejor, sin embargo, no detendrá todas las actividades. Desde una perspectiva de trabajo, esto significa que una persona altera o modifica su rutina de trabajo o la forma en que lo hace mientras dure el episodio agudo, para luego reanuda gradualmente sus deberes completos durante una semana o dos guiados por su fisioterapeuta o médico de cabecera.
Contrario a la creencia popular, sentarse no causa dolor en la parte baja de la espalda y no se ha encontrado que ninguna postura en concreto cause un aumento del dolor.
Si te sientas durante ocho horas al día, concéntrate en estar activo fuera del trabajo. Estar activo durante una hora todos los días puede revertir los posibles efectos negativos de la sesión. Las personas pueden notar dolor si permanecen en una posición prolongada, a la espalda le gusta moverse, así que intenta moverte todo lo que puedas. Será bueno para la salud general, así como para la columna vertebral.
Hay factores más amplios y no físicos en el trabajo que son muy importantes. Tu relación con tu jefe y tus compañeros de trabajo, tu satisfacción laboral (¿lo disfruta?), Sentirte apoyado en el trabajo y volver al trabajo todos los días son factores extremadamente importantes en el dolor de espalda baja.
RECUERDE QUE ES EL PACIENTE EL QUE NECESITA TRATAMIENTO NO SOLO SU ESPALDA
La opinión común es que el dolor lumbar es siempre un signo de lesión. Ahora sabemos que el dolor de espalda puede ser provocado o aumentado por factores no físicos que también son comunes en nuestras vidas. Estos desencadenantes pueden ser psicológicos (pensando que no mejorará, depresión, estrés, miedo al movimiento), relacionados con el cansancio (estar cansado y agotado, poca energía), relacionados con el estilo de vida (problemas para dormir, bajos niveles de actividad física, sobrepeso, fumar) o social (problemas de dinero, relaciones deficientes o apoyo en el trabajo o en el hogar, baja satisfacción en el trabajo, eventos estresantes de la vida como una muerte o enfermedad).
Estos factores desencadenantes también están relacionados con muchas otras condiciones de salud. La historia de dolor lumbar de cada persona será diferente e involucrará diferentes combinaciones de factores. Tratar de desentrañar este acertijo podría ayudar a un paciente a comprender mejor sus desencadenantes. Similar a entender los desencadenantes de un dolor de cabeza o sentirse deprimid. El dolor lumbar nunca es psicosomático o imaginario: siempre es 100 por cien real, pero los desencadenantes pueden variar.
Tomar medidas para mejorar su salud en general puede reducir el riesgo de dolor lumbar. Dormir lo suficiente, ser más activo, tener un peso saludable, dejar de fumar, pasar tiempo con las personas que te hacen feliz y reducir el estrés laboral son formas sensatas y económicas de tratar el dolor lumbar y reducir el riesgo de recurrencia .
Escrito por la Dra. Mary O’Keeffe, de la Universidad de Limerick y la Universidad de Sydney, y el Dr. Kieran O’Sullivan, de la Universidad de Limerick & Aspetar Orthopaedic and Sports Spine Center, Doha, Qatar.
La Dra. Mary O’Keeffe ha sido galardonada con la beca Marie Sklodowska-Curie por la Unión Europea para investigar el dolor lumbar y pasará dos años en la Universidad de Sydney en Australia. Después de este periodo regresará a la Universidad de Limerick y completará un servicio de tres meses en la European Pain Federation (EPF) en Bruselas.
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