5 métodos para tratar la Osteoartritis

10 minutos. Publicado en Dolor
Escrito por Luke Murray info

La osteoartritis (OA) afecta a más de 250 millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de discapacidad. Las articulaciones más afectadas son la rodilla y la cadera. Los factores de riesgo para el desarrollo de la OA son los traumatismos articulares previos, la obesidad, la edad avanzada y el sexo femenino. El elevado coste y la carga asociada a la OA ponen de manifiesto la necesidad de hallar tratamientos eficaces. El propósito de este blog es destacar 5 métodos para ayudar a los pacientes con OA.

 

1. Correr un maratón

Sé lo que estás pensando: “Luke, “entrenamiento de maratón”, ¿hablas en serio?”. Si bien aprecio que no todos tus pacientes con OA correrán el maratón de Londres el próximo verano, correr en general no tiene por qué estar fuera de nuestro planteamiento.

En esta revisión de investigación de 2019 realizada por Tom Goom, incluyó un estudio en el que los autores profundizaron en los efectos de la carrera de un maratón en la OA de rodilla. 1200 participantes que tenían un diagnóstico de OA de rodilla, fueron divididos en corredores y no corredores y fueron monitoreados durante un período de 10 años. Los participantes cumplían los criterios de “corredor” si corrían o trotaban con frecuencia durante aproximadamente 20 minutos cada vez.

Los resultados no mostraron ninguna disminución subjetiva o radiológica de la OA de rodilla. De hecho, los corredores informaron de una mejora del dolor de rodilla en comparación con los no corredores.

Se trata de un estudio increíblemente útil para tranquilizar a aquellos pacientes con un diagnóstico de OA y que están deseando empezar a correr. Podemos ayudar a aconsejar a los pacientes que sigan corriendo sin miedo a sufrir más daños y que, de hecho, puede ser beneficioso para su dolor seguir corriendo.

En otro estudio que se incluyó en esta revisión de investigación de Sandy Hilton, 115 corredores se sometieron a una resonancia magnética de sus rodillas antes y después del maratón de Londres de 2017. Los resultados no mostraron cambios significativos en las condiciones o lesiones de la rodilla autoinformadas con una mejora en el edema de la médula ósea subcondral. Puede encontrar más información sobre este estudio aquí.

 

2. Ejercicio de resistencia

La OA de rodilla se asocia a la debilidad del muslo y el ejercicio de resistencia se utiliza habitualmente para mejorar la fuerza y reducir el dolor. Sin embargo, se desconoce qué intensidad de entrenamiento de fuerza se requiere en la rehabilitación de la OA. El ensayo de control aleatorio START, del que se ocupó Todd Hargrove en esta revisión de investigación, tenía como objetivo determinar si el entrenamiento de fuerza de alta intensidad reducía el dolor de rodilla y las fuerzas de compresión de la articulación mejor que el de baja intensidad.

En el estudio participaron 377 adultos con dolor de rodilla, evidencia radiográfica de OA y discapacidad autodeclarada. Los participantes se dividieron en un grupo de control y un grupo de ejercicios de alta y baja intensidad. Realizaron 3 sesiones semanales durante 18 meses con una variedad de ejercicios unilaterales para la parte inferior del cuerpo, la parte superior y el núcleo. El grupo de alta intensidad realizó un bloque de ejercicios al 75% de 1RM, progresando hasta el 90% de 1RM durante 9 semanas, seguido de una descarga y un segundo bloque. Se calculó un nuevo 1RM para el segundo bloque al 75%, progresando hasta el 90% en el segundo bloque de 9 semanas.

El grupo de baja intensidad realizó el mismo patrón pero con un 30% a 40% de 1RM. El tercer grupo era un grupo de control que incluía interacción social y educación sanitaria sobre nutrición, medicación y sueño.

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Puede que te sorprenda que, después de 18 meses, no haya habido diferencias significativas entre los grupos. Otra evidencia apoya el uso del entrenamiento de resistencia a varias intensidades y de diferentes duraciones de programas de 6 a 24 semanas para mejorar el dolor y la función. Sin embargo, estas investigaciones no respaldan la idea de que el aumento de la fuerza reduzca el dolor. ¿Significa esto que no se debe incorporar el entrenamiento de resistencia como intervención para los pacientes con OA? No necesariamente.

En lugar de ver esto como que “nada funciona’’, podríamos verlo como un potencial para adaptar una variedad de opciones de tratamiento a la preferencia del paciente. Como se destaca en esta revisión de investigación, el ingrediente clave de cualquier intervención puede ser la adhesión a un plan con orientación, en lugar de los detalles específicos del plan. Por lo tanto, si alguien quiere empezar a realizar un entrenamiento de resistencia, puede ser una buena opción, pero es posible que no siempre sea esencial para todos los pacientes con OA de rodilla.

 

3. Ejercicio neuromuscular

El ejercicio puede tener un efecto analgésico a corto y largo plazo para la OA de rodilla. Sin embargo, no está claro qué tipo exacto de ejercicio afecta a la sensibilización y la intensidad del dolor. Todd Hargrove profundizó en un estudio en esta revisión de la investigación en la que los autores pretendían examinar los efectos del ejercicio neuromuscular y la educación con y sin entrenamiento de fuerza sobre la intensidad y la sensibilización al dolor en pacientes con OA de rodilla.

El estudio reclutó a 90 personas con OA de rodilla y las distribuyó aleatoriamente en dos grupos. El grupo 1 realizó ejercicio neuromuscular y educación, y el grupo 2 realizó ejercicio neuromuscular, educación y entrenamiento de fuerza. Ambos grupos hicieron ejercicio dos veces por semana durante 12 semanas.

Los resultados indicaron que el grupo que no realizó ejercicios de fuerza tuvo más mejoras en el dolor de rodilla en reposo y durante la función. Los autores concluyeron que el ejercicio neuromuscular y la educación, con y sin entrenamiento de fuerza adicional, es una terapia potente para la OA de rodilla. Sin embargo, el entrenamiento de fuerza tuvo una mayor mejora en el umbral de dolor a la presión y en el umbral de tolerancia al dolor.

Es interesante preguntarse por qué el grupo de mayor intensidad (es decir, el entrenamiento de fuerza) no proporcionó la misma cantidad de alivio del dolor en comparación con el grupo de baja intensidad (es decir, los ejercicios neuromusculares). Una posible razón podría ser la dosis inadecuada del entrenamiento de fuerza. Esto pone de manifiesto la importancia de una prescripción y programación de ejercicios adecuada para las personas con OA, teniendo en cuenta su experiencia previa con el entrenamiento de resistencia.

Para obtener más información sobre los métodos y las limitaciones asociadas a este estudio, puede consultar la revisión aquí.

 

4. Plasma rico en plaquetas

El plasma rico en plaquetas (PRP) es un producto sanguíneo autólogo que contiene altos niveles de factores de crecimiento y citoquinas que pueden alterar los procesos biológicos implicados en la patogénesis de la OA. Como explica Anthony Teoli en esta revisión de investigación, el PRP se sigue utilizando clínicamente a pesar de que las directrices sobre la OA recomiendan no utilizarlo debido a la baja calidad de las pruebas. El objetivo del estudio incluido en la revisión fue evaluar la eficacia de las inyecciones intraarticulares de PRP sobre los síntomas y la estructura articular en pacientes con OA de rodilla.

Este estudio incluyó 288 participantes con OA de rodilla asignados al azar a dos grupos. Un grupo recibió 3 inyecciones de PRP y el segundo grupo recibió inyecciones de solución salina, que era el placebo. Los resultados sugieren que no hay diferencias entre los grupos con respecto al dolor de rodilla o al volumen del cartílago tibial medial a los 12 meses. Curiosamente, ambos grupos informaron de una mejora en el dolor de rodilla, pero no fue estadísticamente significativa. Este estudio no respalda el uso de PRP para frenar la progresión de la enfermedad.

Sin embargo, este estudio contradice otras investigaciones que sí mostraron un beneficio del PRP en los síntomas de la OA de rodilla a los 6 meses. Existen múltiples limitaciones en esta investigación que hacen difícil recomendar el PRP. Recomiendo encarecidamente consultar esta revisión de investigación para obtener más información sobre estos estudios.

 

5. Educación

Es innegable ahora que el ejercicio es vital para las personas con artritis. Del mismo modo, la educación es un componente esencial que forma parte del enfoque central del tratamiento en la rehabilitación de la osteoartritis. Anthony Teoli incluyó en su revisión de investigación un artículo magistral en el que se describen los tratamientos clave y las implicaciones para la fisioterapia en relación con la OA de rodilla. El objetivo del artículo era esbozar las opciones de tratamiento más eficaces para los pacientes con OA por parte de autores considerados expertos en la materia.

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Aunque estos artículos pueden ser propensos al sesgo debido a la falta de una estrategia de búsqueda sistemática o de criterios de inclusión/exclusión, hubo una serie de componentes esbozados en el tratamiento de la OA de rodilla. Entre ellos, el ejercicio, la pérdida de peso, la educación y las estrategias de autogestión, ya que se ha demostrado que reducen el dolor y mejoran la función y la calidad de vida.

Las implicaciones clínicas de este artículo deben adaptarse a las necesidades específicas del individuo con OA de rodilla. Por lo tanto, algunos de los componentes educativos pueden no ser relevantes para todo el mundo, ya que los pacientes pueden tener distintos niveles de comprensión de lo que es la OA. No obstante, la siguiente lista de comprobación puede servir de guía a la hora de educar a sus pacientes:

  • Definir la OA (en términos sencillos, proporcionando un pronóstico)
  • Identificar y abordar las creencias y percepciones de los pacientes sobre la OA
  • Discutir la importancia de las intervenciones en el estilo de vida, como la pérdida de peso (si es necesario), la actividad física regular, la nutrición, el sueño y la gestión del estrés.
  • Educar sobre las reagudizaciones
  • Explicar la gestión de la carga y la dosis de actividad física/ejercicio
  • Gestionar las expectativas, tranquilizar y motivar

Este artículo no se centró únicamente en la educación, para conocer los demás componentes que deberían formar parte del tratamiento de primera línea de la OA (y las modalidades pasivas que tal vez desee evitar) consulte esta revisión de investigación aquí.

 

Para terminar

En este blog se describen 5 métodos para tratar la artrosis. No se trata en absoluto de una lista exhaustiva. Si desea obtener más información sobre estos estudios y aprender mucho más, consulte los enlaces anteriores a las revisiones de investigación.

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