¿La debilidad de los glúteos causa realmente dolor lumbar?
La relación entre la debilidad de los glúteos y el dolor lumbar lleva años circulando por nuestro sector. Esto ha llevado a que el fortalecimiento de los glúteos sea la solución aparentemente definitiva en la rehabilitación del dolor lumbar.
La pregunta es:
¿Los glúteos débiles son realmente la causa del dolor lumbar y el fortalecimiento de los glúteos es la solución definitiva?
Para entenderlo bien, primero vamos a refrescar la anatomía funcional de los glúteos:
Los glúteos están formados por 3 músculos principales:
- Glúteo mayor
- Glúteo medio
- Glúteo menor
Ahora, ¿Qué sabemos del dolor lumbar?
- Entre el 70 y el 80% de los adultos experimentan dolor lumbar en algún momento de su vida (1)
- El dolor lumbar es la principal causa de discapacidad en todo el mundo (12)
- Aunque el dolor lumbar agudo se resuelve en unas pocas semanas en la mayoría de los pacientes (15), una gran mayoría sigue experimentando dolor un año después de la aparición de los síntomas (16)
Por esta razón, es nuestro trabajo como clínicos entender mejor el tratamiento de estos casos para mejorar la calidad de vida de los pacientes con los que trabajamos.
¿Por qué tanta gente ha llegado a la conclusión de que la debilidad de los glúteos es una de las principales causas del dolor lumbar?
Teniendo en cuenta que nada funciona de forma aislada, tiene sentido que nosotros, los profesionales sanitarios, hayamos evaluado no sólo el lugar del dolor, sino también las estructuras que se encuentran por encima y por debajo para adoptar un enfoque más holístico. Aquí es donde entra la idea de la debilidad de los glúteos.
Desde el punto de vista biomecánico, la musculatura de la columna lumbar está diseñada para extenderse y flexionarse lateralmente. La función principal de los glúteos no es moverse, sino estabilizar la pelvis. Sin embargo, cuando hay una falta de estabilidad en cualquier articulación, vemos que los músculos circundantes aumentan su tonicidad para compensar y evitar los problemas causados por la inestabilidad (5).
En el caso del dolor lumbar, esto se manifiesta como una falta de estabilización de la pelvis (también conocida como mala función o debilidad de los glúteos) en la que los músculos de la columna lumbar asumen el papel de estabilizadores primarios debido a sus inserciones en la cara superior del ilion (parte superior de la pelvis). Por lo tanto, cuando la musculatura lumbar intenta estabilizar la pelvis (que no es su función principal), se requiere un reclutamiento adicional de fibras musculares. Esto puede aumentar la tensión muscular, la sensibilidad y puede contribuir al dolor; o eso es lo que se piensa (1)(3).
También existe la posibilidad de un reclutamiento excesivo de la musculatura de la columna lumbar con movimientos en los que la extensión de la columna sustituye a la verdadera extensión de la cadera. Por ejemplo, cuando vemos una columna vertebral redondeada en las sentadillas. Esto desplaza las fuerzas hacia la parte baja de la espalda y las aleja de los glúteos, lo que resulta en el fortalecimiento de los extensores de la columna y la disminución de las ganancias de fuerza en los extensores de la cadera (glúteos).
Debido a estas razones, tiene sentido que la debilidad de los glúteos pueda ser una de las causas del dolor lumbar, especialmente en pacientes activos. La gran mayoría de las publicaciones confirman que la debilidad de los glúteos, ya sea a través de los mecanismos propuestos anteriormente o no, está relacionada con el dolor lumbar. En el dolor lumbar crónico, se observa una falta general de tono muscular en las zonas circundantes en comparación con las personas sin dolor de la misma cohorte. Además, se ha demostrado que los glúteos débiles y atrofiados son un indicador razonable para predecir futuros casos de dolor lumbar (2)(3)(13).
Sabemos que la falta de fuerza en los glúteos puede influir en el dolor lumbar, pero ¿Qué impacto tienen otros grupos musculares?
La debilidad de los glúteos como causa general del dolor lumbar sería una simplificación errónea. Hay pruebas que sugieren que la debilidad del core y la escasa resistencia de los erectores de la espalda también pueden contribuir al dolor lumbar(9)(14)(4). Algunos estudios sugieren que el entrenamiento específico de los glúteos es más beneficioso que el entrenamiento general para el dolor lumbar(8). Otros concluyeron que la fuerza del tronco era una alternativa mejor que la fuerza general (6), y otro puñado dedujo que era el movimiento, pero no el entrenamiento específico de ningún grupo muscular, lo que mejoraba los niveles de dolor de los participantes (7).
Sobre la base de estos estudios, es difícil decir con certeza que un programa o grupo de músculos es definitivamente superior a otro en el tratamiento del dolor lumbar. Sin embargo, la gran mayoría de las publicaciones coinciden en que algún tipo de entrenamiento de fuerza y movimiento es mejor que ningún entrenamiento.
¿Existen razones no biomecánicas para el dolor lumbar?
Al hablar con los pacientes, está claro que la mayoría de los dolores lumbares varían a lo largo del día y de la semana. Esto debería indicarnos que no se trata sólo de la debilidad de los glúteos. Al igual que no podemos desarrollar la fuerza de la noche a la mañana, tampoco podemos perderla tan rápidamente. Por lo tanto, es imperativo que abordemos a nuestros clientes de forma holística.
Si soy sincera, en mis primeros días como profesional, pensaba que la biomecánica era el santo grial del dolor y que todo el dolor podía resolverse moviéndose mejor y fortaleciéndose. Aunque sigo creyendo que hay un elemento de la biomecánica que puede ser relevante para aliviar el dolor, soy mucho menos dogmática al respecto. He llegado a comprender que, como seres humanos, somos muy polifacéticos y con ello viene toda una serie de factores interdependientes que crean las experiencias de un individuo que no podemos ignorar. El dolor lumbar no específico no es una excepción.
Que debemos llevarnos a casa
Hay muchas cosas que pueden afectar e influir en el dolor lumbar de una persona, incluyendo, pero sin limitarse a ello, la debilidad de los glúteos. Cuando sea pertinente, debemos abordar los déficits no sólo de la fuerza de los glúteos y del core, sino también de la movilidad y la estabilidad de las estructuras circundantes que puedan estar afectando a la demanda de carga en la zona lumbar. Además, como en el caso de todos los dolores, debemos considerar de forma holística los factores psicológicos y sociales y evaluar a cada persona como un todo. Puede parecer sencillo, pero la educación y el fomento del movimiento es uno de los mejores métodos, más investigados, para mejorar el dolor persistente. El dolor lumbar no es diferente (7).
Educar.
Empoderar.
Desarrollar fuerza (no sólo en los glúteos).
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